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NOTA CARTHAGE Exosomas vs Nanopartículas En el mundo de la estética profesional, cada vez son más las fórmulas que incorporan tecnologías “nano”. Entre ellas, los exosomas y las nanopartículas se destacan por mejorar la penetración de activos y potenciar resultados. Sin embargo, aunque comparten un mismo rango de tamaño, presentan diferencias profundas. Los exosomas son vesículas extracelulares de origen natural, secretadas por células vivas. Su estructura está compuesta por lípidos, proteínas, ARN y otras señales funcionales, que les permiten una función única: comunicar información entre células vivas. Esta capacidad de interacción biológica los convierte en aliados excepcionales para modular procesos claves como la regeneración, la inflamación o la pigmentación. Por otro lado, las nanopartículas son sistemas creados en laboratorio. Su rol principal no es interactuar con las células, sino transportar ingredientes cosméticos —como vitamina C, ácido hialurónico o bakuchiol— de manera más estable y eficaz. Actúan como vehículos: encapsulan el activo, lo protegen y lo liberan gradualmente en la piel, sin desencadenar respuestas celulares directas. Ambos sistemas comparten ventajas como el tamaño nanométrico, la mejora en la absorción de activos y la posibilidad de integrarse en protocolos con aparatología. Pero no actúan de la misma manera, ni generan los mismos resultados terapéuticos. Una nanopartícula puede ayudar a que un activo penetre mejor. Un exosoma, en cambio, lleva información biológica que desencadena procesos de regeneración y equilibrio. ¿EN QUÉ SE DIFERENCIAN? 29

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