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enfermedades de la piel como la seborrea, el acné o la rosácea. La limpieza de la piel mañana y noche es una de las normas básicas para lucir una piel sana y bonita. Es importante lavarnos la cara, aunque no nos maquillemos, ya que durante el día la piel acumula restos de sudor, sebo, queratina, detritus, etc. que debemos retirar. En general, se recomienda una limpieza facial mañana y noche para eliminar el residuo acumulado y preparar la piel para la aplicación de cosméticos activos a continuación. Se puede utilizar simplemente agua tibia si no estamos maquilladas o ayudarnos de algún limpiador cuando hay más residuo, según el tipo de piel: cremas o leches lavantes (piel deshidratada), agua micelar (piel sensible o reactiva) o productos jabonosos tipo espumas o geles (piel acnéica, grasa). La doble limpieza la reservamos para días en los que hemos acumulado más residuo (gym, contaminación, maquillaje, etc). - Ácido retinoico y derivados, principalmente, retinol: aplicar serum o crema con retinol en concentración y frecuencia creciente, empezando por 0.03, 0.05 y 0.1%. Exfolia la superficie de la piel favoreciendo el recambio epidérmico y actúa en dermis fabricando nuevas fibras de colágeno y elastina. - Alfa hidroxiácidos, a la cabeza, el ácido glicólico, en concentraciones entre el 10-15%, ha demostrado mejorar la textura, disminuir la seborrea, iluminar y unificar el tono de la piel. En función de nuestro objetivo, podemos aplicarlos en monoterapia o combinarlos en noches alternas. Personalmente, me gusta reforzar la pauta cosmética una vez en semana con tratamientos a base de mascarillas que potencien una determinada acción: mascarillas hidratantes con ácido hialurónico, mascarillas exfoliantes con glicólico/retinol, mascarillas antiacné con ácido salicílico, mascarillas antioxidantes con vitamina C y mascarillas calmantes con aloe vera para pieles sensibles o reactivas. Los retinoides mejoran todos los signos de la edad. ¿CUÁL ES LA RUTINA DE NOCHE? Como norma general, por la noche debemos priorizar la aplicación de principios activos reparadores o transformadores, es decir, aquellos que científicamente han demostrado interferir sobre el metabolismo celular, aportando beneficio a la piel. Los dos grupos fundamentales, nos explica, son: A nivel de la superficie de la piel (la epidermis), exfolian al normalizar la queratinización, despigmentan al normalizar la función de los melanocitos e interrumpir la transferencia del pigmento melánico, y, aumentan su volumen, rejuveneciendo su aspecto al aumentar la proliferación de los queratinocitos basales. A nivel de la dermis mejoran el aspecto de las arrugas ya que estimulan la síntesis de colágeno y 37

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